Lic. Rita Saposnik
Lic. Lilian Giubetich
Clínica Estructural
Si trazamos un panorama general en el transcurso de la enseñanza de Lacan, en su orientación clínica, podemos hacer algunas distinciones, es decir que su clínica no es siempre la misma, hay lo que podemos denominar una primera clínica, la que ubicamos en los comienzos de su enseñanza, que produce un retorno a las estructuras freudianas: neurosis, psicosis y perversión.
Es una clínica de las modalidades del deseo y de las estructuras subjetivas. Avanzando en los desarrollos, Lacan va a transformar sus categorías clínicas hacia el final de su enseñanza, cuando introduce una nueva concepción del síntoma e introduce la diferenciación entre síntoma y sinthome, de este modo se bosqueja una clínica de los goces y los tipos de síntomas.
Esto nos permite delimitar dos clínicas en la obra de Lacan, llamamos a la primera, la clínica del deseo, que tiene como eje al deseo y la segunda clínica, la clínica del goce. La primera clínica, la del deseo, es una clínica del sujeto, entonces hablamos del deseo insatisfecho para la histeria, del deseo imposible, característico de la obsesión y del deseo prevenido, característico de la fobia.
Decimos que la clínica del deseo, es una clínica en la que el Otro está presente, participando, formando parte de la estructura del deseo, recordemos que a esta altura de la enseñanza de Lacan, el deseo es el deseo del Otro.
En la otra clínica, la que podemos denominar, la clínica del goce, por el contrario, el síntoma es autista, es antisocial, no necesita del Otro.
Lacan al distinguir síntoma de sinthome logra ubicar al síntoma en su función de anudamiento que articula el goce autista en relación al Otro.
Introducir la noción de sinthome y su función, abre a una perspectiva, que presenta un nuevo concepto de síntoma, esta variación produce un corrimiento, del síntoma como metáfora, al síntoma como goce, del sentido, al fuera del sentido.
A partir de esta elaboración, estas dos clínicas son definidas de la siguiente manera, la primera clínica, la clínica estructuralista y a la segunda, la clínica borronea. La clínica estructuralista, que es específicamente la que vamos a encarar en la materia, tiene como esencia la distinción, la diferenciación una oposición que se basa en las tres estructuras: neurosis, psicosis y perversión.
Es necesario introducir un concepto fundamental, una noción decisiva en la clínica de gran utilidad para distinguir neurosis de psicosis, el significante del Nombre del Padre, una funda la modalidad neurótica, en su aceptación la otra la modalidad psicótica, en su rechazo. La neurosis y la perversión quedan del mismo lado, respecto del NP y el rechazo o forclusión para el caso de la psicosis.
La clínica estructural es calificada como discontinua, categorial y como tal implica una clasificación.
El mismo Lacan dice que neurosis, psicosis y perversión, son distinciones freudianas, él mismo las llama estructuras freudianas y hace que estas distinciones tomen todo su valor, lo contrario a los discípulos de Freud, que con sus imprecisiones borran las categorías clínicas, “un poquito de psicosis, otro poquito de neurosis”. A partir de la clínica lacaniana no se puede pertenecer a dos estructuras diferentes al mismo tiempo.
Por eso Lacan parte del psicoanálisis como un experiencia de palabra que se sostiene por la estructura del lenguaje y que a partir del edificio freudiano y su arquitectura elabora una clínica.
Lacan nos condujo a ubicar las modalidades del sujeto o estructuras subjetivas para referirse a las distinciones clínicas. Sus referencias implican un sentido más amplio, no se limitan a las categorías del síntoma, lo incluyen, pero no se refiere exclusivamente a ellos.
programa de la materia
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Fragmento de la pelicula: Freud